La Realidad Virtual (RV) es una herramienta digital que ha cobrado relevancia con el avance de la tecnología pues permite a los usuarios experimentar a lugares/escenas en tres dimensiones (altura, ancho y fondo). Esta vivencia ha demostrado ser útil como herramienta terapéutica en psicología, especialmente cuando se trata de trastornos de ansiedad comunes (Botella, 2006). La OMS (2022) señala que la ansiedad y la depresión son trastornos mentales prevalentes en la sociedad actual, la terapia de exposición ha demostrado ser efectiva (Kaczkurkin & Foa, 2015). La inclusión de la RV ha cobrado relevancia como una manera práctica de mostrar factores vivenciales y reales dentro de las prácticas clínicas, siendo este no el único espacio para utilizarse. En la Escuela de Psicología de la Universidad Hispanoamérica, se ha implementado el uso de la RV en los laboratorios de Psicobiología. Los estudiantes realizan experimentos que exploran el impacto de los escenarios de Realidad Virtual en trastornos de ansiedad, evaluando variables como la temperatura periférica y el ritmo cardíaco, entre otras. Esta integración de RV en la formación brinda a los estudiantes una visión práctica de las aplicaciones terapéuticas y promete ser una herramienta valiosa en su futura práctica profesional. Como parte de estas iniciativas, se ha trabajado en la creación de escenarios de enfocados en la acrofobia y la ansiedad social. Estas propuestas permiten a los estudiantes enfrentar situaciones desafiantes (no necesariamente patológicas) de forma gradual en entornos controlados y seguros. Por último, la inclusión de la RV en la educación psicológica permite a los estudiantes explorar y desarrollar habilidades prácticas para abordar los trastornos de ansiedad. Estas iniciativas tienen como objetivo mejorar el futuro de los psicólogos al mismo tiempo que ofrecen una forma práctica y viable de tratar algunos trastornos mentales.

Las actividades que potencian el aprendizaje entre sus estudiantes, forman parte de lo que se denomina estrategias de aprendizaje activo, definidas como aquellas técnicas instruccionales desarrolladas por los alumnos a través de “actividades como escribir, leer, hablar, discutir, investigar, manipular materiales, realizar observaciones, recopilar y analizar datos, sintetizar o evaluar elementos relacionados con el contenido tratado en el aula, entre otros aspectos” (Restrepo y Waks, 2018, p.4). Dichas actividades promueven el pensamiento crítico, la capacidad heurística, la creatividad y la puesta en práctica de habilidades sociales por parte de los estudiantes. En el curso de Psicología del DesarrolloI, de la Escuela de Psicología de la Universidad Hispanoamericana, “el desarrollo humano se centra en el estudio científico de los procesos sistemáticos de cambio y estabilidad en las personas” (Papalia et al., 2017, p.4). Basándose en los fundamentos teóricos del curso, el docente identifica las actividades de aprendizaje que integren los contenidos del curso y a su vez movilicen los recursos cognitivos de los estudiantes de forma desafiante y entretenida. Es así como a lo largo de 8 años de impartir la materia se han incorporado alrededor de 7 actividades de aprendizaje, identificándose 3 de ellas que por sus características particulares cumplen con los objetivos pedagógicos del curso, motivando a su vez el aprendizaje estudiantil. La primera de ellas se denomina actividad que promueva el desarrollo de la destreza motora fina/gruesa en niños preescolares; la segunda actividad lleva por nombre dilema moral y finalmente la tercera actividad es una observación no participante en una institución educativa. Las 3 actividades tienen objetivos de aprendizaje y consignas específicas, su ejecución favorece el mejoramiento pedagógico continuo y un mayor aprovechamiento el proceso de aprendizaje en los estudiantes.

La presente ponencia evalúa la calidad del servicio percibida del Centro de Atención Psicológica (CAPSI) de la Universidad Hispanoamericana que brinda atención psicológica la comunidad dentro de las prácticas asociadas a los cursos del plan de estudio y bajo la supervisión del docente titular del curso y la coordinadora del CAPSI. La calidad de los productos y servicios es considerada un factor determinante en la diferenciación y en la excelencia de las entidades proveedoras de servicios de salud (Henao et al., 2017) y como aspecto fundamental para el logro de la satisfacción del usuario con el servicio recibido (Olguín et al., 2020). La meta principal al evaluar la calidad del servicio percibido por usuarios CAPSI y mejorar las prácticas estudiantiles. Mediante un enfoque cuantitativo y un diseño no experimental transversal correlacional. Se incluyen dos instrumentos, SERVQHOS y CSQ-8 en español, los cuales son aplicados a los usuarios del CAPSI al finalizar los procesos de atención durante el año 2023. Seguidamente, al contar con una muestra mayor a 100, se procede a realizar los análisis respectivos. Para finalmente, determinar las áreas de mejora en la gestión del CAPSI.De tal forma que los usuarios se convierten en protagonistas, pues son los encargados de evaluar la calidad del servicio y aportar al mejoramiento continuo. Es así como los usuarios y las entidades prestadoras de los servicios de salud son beneficiadas con los procesos de evaluación de la calidad percibida.

La simulación tras sus orígenes en aviación, se introduce a la atención primaria pues proporciona numerosos beneficios para la formación de profesionales en el área de salud. La importancia de esta metodología radica en su contribución con la calidad y seguridad en la atención de pacientes pues permite que futuros profesionales adquirieran destrezas y confianza antes de enfrentar a la realidad profesional (Urra,et al., 2017). Desde la Escuela de Psicología de la Universidad Hispanoamericana, la Simulación se encuentra integrada en diversos cursos,siendo relevante en el curso de Intervención en Crisis, donde se emplea una metodología activa desde y para la evaluación. El objetivo es guiar a la persona para recuperar el nivel de funcionamiento que tenía antes de la crisis, la restauración del equilibrio emocional y una mejora en los recursos de afrontamiento (Vigilia, 2017). El curso permite que los estudiantes pongan en práctica los 5 componentes principales de los Primeros Auxilios Psicológicos, donde se fomenta la aplicación de competencias esenciales y las habilidades necesarias para aquellos profesionales que ofrecen atención en estos escenarios. El curso tiene una modalidad de rotación en donde los estudiantes tienen teoría 8 semanas y a partir de la semana 9 hasta la14 integran la simulación al curso; las mismas constan de casos con paciente estándar, actores entrenados, donde los estudiantes pasan la teoría a la praxis en un escenario controlado. Una vez abordada la crisis, los estudiantes reciben una retroalimentación de diferentes entes en el proceso: profesor, actor y pares. Esta estrategia se le conoce como debriefing. Esto enrique el proceso de enseñanza y aprendizaje puesto que potencia las habilidades clínicas para enfrentar un paciente real. Asimismo, se busca lograr impactos positivos en los estudiantes que se puedan evidenciar a corto, medio y largo plazo; para que con la ayuda del debriefing que reciben por parte de docentes y compañeros del grupo logre aprovechar la realimentación para adquirir conocimientos.