Autores como Conte, ponen la mirada en el carácter filial de sociología y la fotografía como disciplinas. Otros como De Miguel y Ponce de León, consideran la fotografía como parte de un acto social. Por su parte autores como Bourdieu y Bericat, han visto la fotografía como un instrumento útil para la sociología. Todos estos referentes justifican la importancia de esta aportación, que parte de la idea de que el incorporar la imagen como recurso didáctico para el estudio de las relaciones de género, en educación superior, puede suponer un valor añadido; y lo es, porque las imágenes fotográficas pueden servir para abordar las relaciones de género desde una perspectiva sociológica, actuando como vehículo para acercarnos a la realidad y afrontar su análisis desde la reflexión y la crítica. Su inclusión en formato porfolio redunda en un documento abierto a la creatividad, a la reflexión y el análisis que se sirve de la tecnología digital como canal de expresión. Por todo ello, como proyecto de innovación docente se plantea, como metodología de investigación, la elaboración de porfolios con mirada sociológica, en el que se muestren imágenes de las desigualdades de género captadas en el entorno; acompañados de una memoria en la que se recoja un análisis sociológico de la realidad mostrada. Esta práctica metodológica permitirá conjugar la teoría y la práctica como un todo, a través del abordaje de la realidad mediata.

La Formación Profesional de Grado Superior, juega un papel crucial en la preparación de profesionales cualificados para el sector productivo. Dentro de la familia profesional de las Industrias Alimentarias, en la especialidad “Procesos y Calidad en la Industria Alimentaria” (en adelante PCIA), plantea que el graduado desarrolle su actividad en empresas de la industria alimentaria integrado en un equipo de trabajo donde realizará tareas de gestión de la producción, organización y control, en las áreas funcionales de investigación, desarrollo, calidad y sostenibilidad, entre otras. La propuesta metodológica realizada en este grupo de trabajo, está basada en proyectos, los cuales se han desarrollado durante estos los cursos: 2022-2023 y 2023-2024. Durante el tratamiento del currículo y complementario a este, hemos realizado un programa de educación sostenible, usando como herramientas el huerto ecológico: plantando y cuidando diferentes frutas y hortalizas, para posteriormente desarrollar sus prácticas en el taller de elaboración de alimentos aplicando los diferentes procesos de tratamientos de transformación y conservación de estos. Y, por otro lado, la construcción y uso de una compostera, recogiendo todos los desechos orgánicos provenientes de las prácticas desarrolladas en el taller de elaboración de alimentos. Conectándolo con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 12, enunciado como “*Producción y consumo responsables*” busca garantizar patrones de producción y consumo sostenibles, lo que implica promover prácticas de consumo responsable, reducir el desperdicio, minimizar el impacto ambiental de las actividades de producción y consumo y; fomentar la adopción de prácticas empresariales sostenibles. Además, pretende cambiar el modelo actual de producción y consumo para conseguir una gestión eficiente de los recursos naturales, poniendo en marcha procesos para evitar la pérdida de alimentos, un uso ecológico de los productos químicos y disminuir la generación de desechos. Asimismo, pretende impulsar los estilos de vida sostenibles entre toda la población.

¿Alguna vez nos hemos parado a indagar sobre de qué manera los cambios tecnológicos y sociales influencian el ámbito educativo actual? En un contexto sociocultural en constante desarrollo, la relación entre evolución social e innovación pedagógica representa un campo con inmensas posibilidades de intervención educativa. Estas profundas transformaciones no solo están modificando también nuestra realidad exterior, sino que también están modificando nuestras maneras de educar y nuestras convenciones educativas. El entorno social externo se refiere a la construcción de nuevos valores pedagógicos y educativos que hacen frente a desafíos que se concretan en demandas rápidas y variadas. Los especialistas en Educación Social tienen un papel fundamental al situarse en estas nuevas realidades, mostrando enfoques pedagógicos que respondan a la integración de estos cambios y al bienestar socio-individual. La innovación educativa se encuentra muchas veces con la rigidez de la cultura estandarizadora moderna, lo que hace que las apuestas para el cambio y la facilitación social, tengan que superar ese estigma y merece calificativos que luchen por una educación crítica, otra y transformadora. La educación debe concebirse como un quehacer continuo y cambiante que estimula un aprendizaje que dura a lo largo de toda la vida de las personas y que se adecua a los cambios de los entornos culturales y sociales. En resumen, la educación debería evolucionar hacia modelos de mayor interconexión y apertura, dando prioridad al desarrollo tanto integral como vital de las personas, potenciando una dinámica de facilitación pedagógica y educativa socialmente relevante, con sentido y aplicable en su contexto.

Las universidades españolas se enfrentan al reto de desarrollar competencias transversales en sus estudiantes para prepararlos ante un mercado laboral en constante evolución. Este trabajo propone el Aprendizaje Basado en Retos (ABR) como una metodología potencialmente efectiva para fomentar estas competencias en el contexto universitario español. El objetivo es exponer la eficacia del ABR en el desarrollo de habilidades como pensamiento crítico, creatividad y resolución de problemas. El ABR se fundamenta en la presentación de problemas reales y complejos a los estudiantes, quienes trabajan en equipos interdisciplinares para desarrollar soluciones innovadoras. Esta metodología implica la colaboración activa entre estudiantes, docentes y, en algunos casos, de organizaciones externas, fomentando un aprendizaje experiencial y significativo. El proceso incluye fases de investigación, ideación, prototipado y presentación de soluciones, con una evaluación continua que valora tanto el proceso como el resultado final. Se espera que la implementación del ABR resulte en una mejora significativa de las competencias transversales de los estudiantes, particularmente en áreas como resolución de problemas, trabajo en equipo y pensamiento crítico. Además, se anticipa que fomente una mayor motivación y compromiso con el aprendizaje, así como una conexión más estrecha entre la formación académica y las demandas del mundo laboral. El ABR se presenta como una estrategia prometedora para el desarrollo de competencias transversales, con el potencial de transformar la experiencia de aprendizaje y preparar mejor a los estudiantes para los desafíos profesionales futuros. Se recomienda la implementación piloto del ABR en programas universitarios, acompañada de una evaluación rigurosa de sus resultados, formación docente adecuada y el establecimiento de alianzas con empresas para la definición de retos relevantes

El fomento del espíritu empresarial es, entre otros, un componente crucial para el desarrollo del liderazgo entre los estudiantes de educación superior. Este ensayo explora la efectividad de la educación empresarial en la formación de competencias a través de varios enfoques y experiencias educativas, basándose en investigaciones recientes y casos específicos. Varias investigaciones cualitativas han demostrado como un proceso dinámico y continuo de aprendizaje experiencial e interacción social lleva al desarrollo del liderazgo empresarial entre los estudiantes de educación superior. Universitarios que participan activamente en empresas simuladas viven experiencias valiosas que fomentan sus habilidades de liderazgo (Bagheri y Pihie, 2012; Marini et al., 2022). Los proyectos enfocados en proporcionar oportunidades prácticas y entornos interactivos permiten a los estudiantes aprender haciendo y colaborar con sus pares. Las desigualdades sociales están al orden del día en el mundo actual e incluyen aquellas basadas en el género, lo que afecta también el campo de la educación superior. Programas de mentoría diseñados para promover la equidad de género, a menudo se han estandarizado para mejorar las habilidades de todos los estudiantes (Brabazon y Schulz, 2020) y fomentar un ambiente más inclusivo y equitativo. El liderazgo empresarial puede jugar así un papel significativo en la educación inclusiva, especialmente en el apoyo a estudiantes con necesidades educativas especiales. En un estudio realizado en Chipre (Stavrou y Kafa, 2024), se encontró que una combinación de estilos de liderazgo, incluyendo el liderazgo empresarial, era eficaz para lograr los resultados deseados en la educación inclusiva. En última instancia, el ensayo averigua cómo un enfoque inclusivo y multifacético basado en programas de educación empresarial en la universidad permite desarrollar en los estudiantes liderazgo y capacidad de tomar decisiones.